La aventura es, tal vez, el tema que más me apasiona y sobre el cual aun hay mucho que decir. De hecho mi contacto con la literatura, además de ser mi propia aventura de viajes y descubrimiento, ha estado muy marcada por el encuentro siempre acogedor y sumamente grato de este tipo de relatos. Un tema para mi tan extenso que de hecho no se como comenzar a dilucidarlo. Podría comenzar planteando una posible categorización de los diferentes tipos de aventura, es decir, buscando todas las empresas de resultado incierto o que presentan alguna clase de riesgos. Lista por demás extensa e intrincada, pues, hace parte incluso de ella la vida misma que como ilustra magistralmente un dicho popular: el único riesgo de la vida es vivirla. Una posible idea para comenzar la categorización sería pensar en cuales son los objetos que mueven a comenzar una aventura o cual es el tipo de personas que esta dispuesta a enfrentar el reto. Aunque pensándolo bien podría comenzar por dividir los tipos de aventura en dos grandes categorías aventura pasiva y aventura activa, aun mejor, aventura nómada y sedentaria. Porque si observamos bien lo que prima por sobre el sentido de aventura es la curiosidad. y esta puede ser saciada de un modo físico o de un modo mental. Y en la mayoría de las veces inmersos en empresas que requieren del desarrollo de ambas cualidades. En medio de todo ese gran significado de la palabra aventura se halla la literatura que narra las proezas de todos sus personajes pero por sobre los cuales se destacan aquellos que emprendieron las más difíciles y descabelladas, o los que supieron asumir con un estoicismo férreo las consecuencias de sus actos, aquellos que lucharon por cambiar el curso impuesto por un destino tal vez ya trazado. Ejemplos son muchos, casi todos: El Quijote, Maqroll, Ahab, Huckleberry, Tintín, Kurts o Ulises. Personajes muchos de ellos inspirados por las propias vivencias de sus autores. Y es precisamente este hecho el que me hace decir que, sin embargo, no lejos de ese mundo ficticio están ejemplos de personas de carne y hueso que han logrado trascender los límites impuestos por la geografía (Espacio), la cultura (Sociedad y Tiempo) y la mente (Yo). Amy Johnson, Yuri Gagarin, Neil Armstrong, Lindbergh, Darwin, Humboldt, Marco Polo, Cousteau, Colón, Livingstone y Stanley, son solo algunos de los que asumieron el reto. Pero, entre todos ellos, hay uno para mi que no se si fue porque su historia fue relatada de magnifica forma por la mejor revista de aventura de todos los tiempos, National Geographic, o porque en realidad su coraje tiene el merito de haberlo hecho inmortal, su nombre es Ernest Shackleton y algún día me beneficiare de su historia. Nuestra cercanía para con todas estas historia tiene que ver en definitiva con lo que menciona Savater en un ensayo sobre las historias de aventura, "No hay formula más condensada ni más exacta para comunicar la entraña de nuestra sempiterna admiración por aventuras y aventureros. Malo o bueno, sociable o fuera de la ley, el héroe de la aventura triunfa sobre el miedo a la muerte". Lo que me da pie para no dejar de mencionar nuestros SuperHeroes, fiel reflejo de aquello que anhelamos ser y por los que nos desvelamos pensando cual será el futuro de nuestra raza, que tipos de nuevas aventuras nos permitirán enfrentar la tecnología y la evolución. Y aun que soy una persona kinestecica (como lo llama la neurolingüistica) sigo firme, pensando que la empresa que me propongo llena de aventura mi vida. "El artista es aquel que se resiste con todas sus fuerzas al impulso natural de no dejar rastro", Michaux.
Capacidad de Asombro. Saciar los sentidos de manera física (Pasado, remontar la geografía) o mental (Futuro, recorrer lo virtual)
Carlos Andres Salazar Martínez