14 noviembre 2009

Estadísticas



Dos de cada diez menores sufren síntomas de depresión. Dos de cada diez niños se orinan de noche en la cama. Dos de cada diez bebes no están vacunados en el mundo. Dos de cada diez niños sufren de desnutrición.

Tres de cada diez hombres sufren eyaculación precoz. Tres de cada diez mujeres sufren desgaste óseo como consecuencia de la menopausia. Tres de cada diez muertes se deben a enfermedades cardiovasculares. Cuatro de cada diez adolescentes sufren algún trastorno del sueño.

De cada 10 argentinos 5 se creen clase media pero solo 2 lo son. De cada diez hombres favorecidos, cinco contentos y cuatro desagradecidos. Cinco de cada diez personas serian afectadas directamente por la crisis climática mundial para el 2015. Cinco de cada diez mujeres en menopausia son hipertensas. Seis de cada diez argentinas tienen problemas de insatisfacción sexual. Seis de cada diez mujeres británicas no aman a sus esposos. Seis de cada diez fumadores se propone dejar el tabaco. Siete de cada diez empresarios sufren de estrés.

Una persona se contagia de la lepra cada tres minutos en el mundo. Cada tres minutos muere un niño en las carreteras del mundo. Cada tres minutos y medio muere un europeo en su puesto de trabajo. Cada tres minutos una persona muere por Diabetes en el mundo. Una persona dice una mentira cada tres minutos.

Unos 13 millones de hectáreas de bosques son destruidas en el mundo por año, lo que equivale a 36 campos de fútbol por minuto. Cada minuto 100 personas se hunden en la pobreza. Cada 5 minutos una adolescente es madre. Hay un aborto cada 5 minutos.

Cada seis minutos se produce un vertido ilegal de hidrocarburos en aguas europeas. Una de cada seis personas pasa hambre en el mundo.

Hay un milagro cada 5 minutos.

¿A quién no le ha ocurrido suficiente?

Carlos Andrés Salazar Martínez

Dibujo: Point Friends. Le Jimmi



01 noviembre 2009

Tecnología en Paralelo






Imaginamos que somos quienes, ante el proceso de evolución avasallante, inalterable, casi incomprensible que sufre la tecnología día tras día, adaptamos nuestras maneras de pensar, nuestros patrones de aprendizaje, la forma en que utilizamos la memoria y los recursos para obtener la mayor utilidad de aquello que se nos brinda. Aunque bueno, también sé sabe que ese avance frenético que altera el estado de la tecnología surge, la mayor parte del tiempo, con el ánimo de suplir o transformar las formas de nuestros deseos.

Sin embargo, por los últimos recursos desarrollados, podría decirse que estamos ante innovaciones que se anticipan por mucho a cualquiera de las formas que concedemos a nuestros más profundos anhelos, incluso mucho antes de que cualquier ser humano, fuera de su creador, pueda anticiparlos.

A todo esto no debe desconocerse el hecho de que existen mentes que están por encima de lo que cualquier procesador o tecnología pueda ofrecerles; su imaginación, la forma en que conciben el mundo, lo que están dispuestos a inventar representa todo un desafío y motiva los avances de los que somos testigos.

Frank O. Gehry el arquitecto diseñador del Guggenheim Bilbao es una muestra fehaciente de este proceso en el que la tecnología va a la par con lo que ha sido imaginado. Este hombre que ha trascendido la manera convencional en que los arquitectos piensan, ha llenado el mundo de formas y ha dado nueva vida al uso de materiales. Lo más sorprendente de todo es que al comienzo, cuando sus obras no eran más que una idea, no contaba con la ayuda de softwares que como el AutoCad ayudarán a las personas a visualizar lo que el atinaba a decir o lo que lograba trazar sobre un papel, ese universo bidimensional sobre el cual no tenía cabida su obra. Porque incluso, desde la concepción misma de la obra, él juega con las dimensiones y con los efectos que producirá la luz del medio día sobre alguna de sus muy difíciles maneras de pensar.

Fue mucho tiempo después que alguien osó decirle que el computador era una herramienta que con algunos retoques podría ser la mejor cómplice de su trabajo. Y es así como un hombre, una mente superior, puso a su servicio todo lo que el mundo en el que nació pudo ofrecerle. Gehry complemento su equipo de trabajo con desarrolladores de software, ingenieros de diseño, computadores de última generación y scanners tridimensionales que permiten recrear ante los clientes lo que pasa por la mente de un maestro de las formas y su poco convencional arquitectura.

Es un gran ejemplo que ilustra la simbiosis que puede existir entre los avances tecnológicos y una mente que les exige ir más allá.

Mas podríamos pensar en otro, uno más actual, uno que esperamos ansiosos cumpla con todo lo que su creador promete. The New York Times ha anunciado que la nueva película de James Cameron, “Avatar”, significará para la industria del cine una revolución tan importante como lo fue en su momento el estreno de la primera película sonora, "The Jazz Singer" o la llegada del color a la pantalla.

“Titanic”, “Terminator” y “El Secreto del Abismo”, son tres de las películas con las que Cameron obtuvo la experiencia necesaria para emprender el desarrollo de este nuevo desafío. El proyecto fue concebido hace 14 años, para hacerlo realidad fue preciso esperar 10 años. La tecnología requerida por la idea debió aguardar que la secuela de la saga de Star Wars fuera puesta en escena, que Neo librara su lucha contra los agentes de la Matrix y que el Golem fuera un ser molesto en “El Señor de los Anillos”.

Con respecto a esta nueva propuesta las cosas no paran ahí, dos características la complementan: la película está hecha en formato 3D y, según los rumores, para esta película Cameron utilizó una técnica especial que le permite manipular y estimular la percepción sensorial de una manera que no sería posible hacerlo con sólo dos dimensiones. Incluso, el desarrollo del sistema de cámaras con la que fue rodada “Avatar” estuvo a cargo del mismo director. La promesa es que a partir del 18 de Diciembre los espectadores no volveremos a percibir la línea que permite distinguir la realidad de la ficción.

Carlos Andrés Salazar Martínez