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Con beneplácito recuerdo una visión que tengo de mí. La imagen es de un niño gordo, sentado en el piso con su cabeza inclinada hacia atrás viendo absorto las ráfagas de luz que producía la televisión.
Lo más gracioso es que yo sé que programa está viendo, y no son caricaturas, ni ninguna novela criolla. Es, tal vez, el mejor de los programas, 'Cosmos' de Carl Sagan. Fue su programa y luego su libro lo que mantuvo vivo en ese niño la capacidad de asombro, y en realidad junto a los libros de Tintín, es lo que hizo de él un apasionado por la información.
Lo que me trae aquí es la imagen y es que en los últimos meses se ha hecho recurrente debido a que encontré un programa similar, igual de fascinante, con otro formato y un apasionado por los mismos temas. Un fiel reflejo del placer por descubrir y la importancia de divulgarlo. Eduard Punset y su programa 'Redes' nos lleva por el mundo de las ciencias que apropiándose de los avances tecnológicos van un poco más allá de lo que alcanzaba a dilucidar Sagan. Entre todas ellas destaca la neurobiología, una ciencia que gobierna el siglo que apenas comienza, y logra poner a su servicio muchos otros campos de interés académico.
Al igual que Cosmos este programa puede regodearse de tener una coherencia absoluta con aquello que gobierna el sentir general de la ciencia.
Valioso es ver a este nuevo divulgador intentar, al igual que Sagan y tal vez con mayor facilidad, exponer todas aquellas teorías científicas a través de situaciones cotidianas y de atreverse así con temas tan complicados como son el amor y la felicidad, dando un valor adicional a experimentos y resultados que ponen en consideración sus invitados. Las analogías suelen ser de una certeza tal que muchos de ellos terminan complacidos al ver que por fin alguien los ha comprendido. Aún me falta mucho por descubrir alrededor de este, para mi nuevo, científico.
Pero ya son muchas las reflexiones y nuevas teorías que han dejado inquieto mi pensamiento. Una de ellas es que si queremos vivir más tiempo o al menos sentir que el tiempo transcurre con mayor lentitud debemos procurar hacer muchas cosas por primera vez. La otra es que con respecto al estrés la diferencia entre las cebras y nosotros es que las cebras necesitan ver el león para estresarse a nosotros nos basta con imaginarlo.
Carlos Andrés Salazar Martínez
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