24 octubre 2008

Fraccionarios Sociales


El Hombre de los 40 Escudos
Muchas veces he oído hablar del aumento de población. Si se nos ocurriese echar al mundo doble número de chiquillos que ahora, si nuestra patria tuviese doble población, y hubiese 40.000.000 en vez de 20, ¿qué sucedería?

El Geómetra
Que cada uno tendría 20 escudos menos, o bien, la tierra debería producir el doble de lo que produce, o que habría doble número de pobres, o que sería preciso duplicar la industria, y ganar doble en el comercio exterior, o enviar la mitad de la nación a América, o que la mitad de nación se comiera a la otra.

Hace ya mucho tiempo que leí esto, un cuento de Voltaire llamado El Hombre de los 40 Escudos, y aun tengo presente el hecho de que vamos a tener que comernos unos a otros. La tierra ya está próxima a encontrarse en la matera de la que hablaba Malthus. Un matero en el que no habrá suficiente tierra para cultivar el doble.

Sin embargo eso no es lo que me trae aquí. Estoy aquí por razones matemáticas, incluso una materia específica de ellas: Fracciones. Y es que aún no sé porque Voltaire se aventuro a hablar de mitades. Comprendo que el texto, de pronto, exige hablar de la mitad debido a que se especula sobre qué pasaría si fuéramos el doble. Pero aún así persisten las dudas. En ese momento de la historia las cosas no eran muy diferentes a como lo son ahora, no había una tendencia al equilibrio, nunca ha existido. No olvidemos de todas formas que Voltaire hace una aclaración luego de dividir las cosas mágicamente en partes iguales, como término medio. Sin embargo ese término medio tampoco indica mucho, pues, un término medio es como un casi: y un casi puede ir desde los 16 Escudos para unos hasta los 24 para otros.

Porque si hablamos de todo el mundo, y seamos justos, podríamos hablar de otro tipo de proporciones, tal vez un tercio; aunque me atrevería a decir que sigue siendo algo alto, tanto para la época de Voltaire como para la nuestra. Yo hablaría de un dieciseisavo, incluso un treintaidosavo. Porque en definitiva hay personas que no están acostumbradas a vivir ni siquiera con la mitad más que deje el otro y para su fortuna hay personas que podrían vivir fácilmente sin su mitad.

El caso es que puede ser complicado explicarle a la Francia del siglo XVII qué es un dieciseisavo, incluso puede que el problema sea mantener una prosa suave y precisa utilizando la cifra, pero el problema más grande hubiera sido la publicación de un libro en el que se expresara claramente la desigualdad que gobierna el mundo.

Tal vez lo que procuró Voltaire fue despertar esa misma desazón que siento yo al escuchar que todo se va a la mitad, sobretodo a la mitad. Tal vez fue esa cifra, esa fracción, y las ganas de que pudiera ser cierta lo que originó La Revolución Francesa.
CARLOS ANDRÉS SALAZAR MARTÍNEZ

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